27 de julio de 2013

Quesquesé? Será el insomnio.

He pecado (cantos gregorianos de fondo...) no... nada de eso. Lo que sí hice, en medio de mis acostumbrados zappings de tv., es ver y oir un poco a Francisco, digamos el papa Bergoglio, en Brasil, ante miles de jóvenes.
Mas allá de que frases del estilo de: "La iglesia no es una ONG", ya las venimos escuchado desde púlpitos evangélicos mucho antes, Bergoglio suena consistente. Digo "suena", y se consiste con lo que se ha visto de él antes de ser Francisco; el hombre ha caminado las calles, y se ha ensuciado los pies y la ropa unas cuantas veces cerca de gente necesitada, lejos de lo "famoso" que ya era aquí.
Qué puedo decir? Mas allá de todo, me sorprendió ver a Bergoglio, que ahora es tan famoso y tan importante para el pueblo católico, tan cerca de la realidad. Pensé en quienes hablan de Dios, y están demasiado lejos de la realidad de los más necesitados, o demasiado rodeados de staffs como para ver mas allá. Tan cerca del show bussiness, y tan lejos de los barrios. Tan cerca de la vida corporativa y los nombres como marcas registradas, y tan lejos de la pobreza de la vida y del corazón de quienes los siguen.
Tan cerca de las cámaras, de lo mega-requetemega, y tan lejos de la realidad.
O será el insomnio que me hace pensar estas cosas. Pero es mejor estar despierta. Mejor estar con el corazón despierto.

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