29 de julio de 2013

Construcciones y bases

Cuando expreso mi opinión en un marco de respeto al prójimo, estoy construyendo.
Cuando me salgo de ese respeto por el otro, estoy destruyendo.
Cuando además de escribir pienso y leo, estoy construyendo.
Cuando no me interesa más que "gritar" con las palabras para que se "oiga" mi voz escrita, estoy destruyendo.
Cuando respeto por y con honor el sufrimiento de mi prójimo, y decido escribir de esa manera públicamente, estoy construyendo.
Cuando uso el dolor de mi prójimo como disparador para opiniones basadas en especulaciones, estoy destruyendo.
Cuando puedo sentar precedentes en la sociedad al escribir desde un corazón honesto y respetuoso, estoy construyendo.
Cuando uso a mis prójimos como carne de cañón de mis escritos, estoy destruyendo.

Si tuviese el sentir de Shakespeare para recrear miradas tristes y vívidos amores, si tuviese el brío de Saramago para desarmar y armar firmes osadías, si tuviese la brillantez de Borges para sobrepasar y abrumar el pensamiento del que me lee,
Y no tengo amor,
Nada soy.

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