12 de abril de 2014

Corazon Silencioso

Y él despierta sin dormir, deseando en realidad dormir sin despertar. Pasa todo por dentro. 
Debe ser como albergar un tsunami en un pequeño estanque 
-si acaso pudiéramos siquiera imaginarlo factible-. 
Desde fuera, lo veo o creo verlo como fuerzas salvajes luchando dentro de un alma. Como cuchilladas, dentelladas, gritos, 
o más bien como un volcán que despierta, aún sin nadie notarlo; 
y por fuera, la misma mirada velada y distante. 
Me alejo para no quedar presa de la curiosidad que precede a caer en la trampa del pensamiento, que lleva tan rápido al dormitorio del sentir. 

Me alejo, aunque pienso: algún día alguien deberá siquiera asomarse a descubrir esa lava interior. 

Tal vez no me aleje tanto, 
para regresar pronto. 

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